La Cofradía de Intercesores por las Almas del Purgatorio manifiesta que participa del dolor de la Iglesia por el fallecimiento del emérito Papa Benedicto XVI acaecido en Roma el 31 de diciembre de 2022 y, al tiempo que significa su reconocimiento de tan eximia santidad, reza por el alma del que fuera Pontífice, ahora fallecido, y ha ofrecido por su alma, aunque no había ninguna necesidad, la indulgencia plenaria ganada por tantos de sus miembros. Que habrán aprovechado para el bien de muchas otras almas que sufrían en el purgatorio y ahora estarán en el Cielo. Adjuntamos un texto de Benedicto XVI que ilustra con total perfección qué es lo que queremos decir, y por eso usamos sus propias palabras:
“Muy pronto me presentaré ante el juez definitivo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo cuando miro hacia atrás en mi larga vida, me siento, sin embargo, feliz porque creo firmemente que el Señor no solo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya padeció Él mismo mis deficiencias y por eso, como juez, es también mi abogado. En vista de la hora del juicio, la gracia de ser cristiano se hace evidente para mí. Ser cristiano me da el conocimiento y, más aún, la amistad con el juez de mi vida y me permite atravesar con confianza la oscura puerta de la muerte. A este respecto, recuerdo constantemente lo que dice Juan al principio del Apocalipsis: ve al Hijo del Hombre en toda su grandeza y cae a sus pies como muerto. Pero el Señor, poniendo su mano derecha sobre él, le dice: «¡No temas, soy yo!» (cf. Ap 1,12-17)”.
Benedicto XVI, Carta, 6 de febrero de 2022.