La hora de la Misericordia son las 3 de la tarde. Las 15 horas. A esa hora, según es tradición, entregó el alma nuestro Señor Jesucristo. Esa es la hora en la cual, según Él mismo recomendó a santa Faustina Kowalska, todo el que pueda haría bien en rezar el Vía Crucis. O por lo menos hacer una visita a un oratorio. O rezar una oración. Es el momento diario de la Misericordia.
Si Jesucristo mismo ha prometido a santa Faustina que no negará nada al alma que pida a esa hora por los méritos de su Pasión, hay que aprovechar esta oportunidad. Para pedir por los pecadores todo lo que podamos. Y por las almas del purgatorio.
Pónganse una alarma en el teléfono o en el reloj. O mejor aún pídale a su ángel custodio que le avise. Haga como quiera, pero no se olvide: cada día a las 15 horas tiene una cita con la divinidad.
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